Es algo mútuo, por ambas partes empieza a existir cada vez una distancia mayor, indeseada pero supongo que inevitable, indeseada por lo menos por mi parte, no sé que será lo que pasará por tu mente en este momento, pero desde luego, que he llegado a un punto en el que no se nada, ni que piensas, ni siquiera que pienso yo misma, ni que harás, si esque harás algo o del que hacer yo... Solo sé, que sería una pena que pusiéramos punto y final a esta historia por terceras personas, lo que no puedo negar es que has significado, todavía significas y sé que significarás para mí, un ejemplo de amistad. Jamás me arrepentiré de haberte llamado amiga, porque te has portado como tal y has tenido conmigo una paciencia infinita, que admiro, de verdad, pero... ha llegado un punto en el que no te reconozco, no eres tú misma, me estás fallando, estás cambiando... Creo que en un futuro muy próximo, la mochila llena de pequeñas piedras, simbolizando pequeñas puñaladas, que cargo sobre mi espalda estallará y quizá sea entonces cuando te des cuenta de lo mucho que te estoy echando de menos, amiga.
Solo añadir, que bajo esa sonrisa enorme, que en ocasiones no ha resultado nada fácil de sacar, se enscondía una lágrima, una lágrima al ver que me habías sustituido, al ver que otra ocupaba mi lugar... piensa bien antes de actuar, sé tu misma, y por favor, no me falles, mejor amiga.
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