Madrid, no more .

Sí, adoro la inmensa ciudad de Madrid, adoro sus calles, sus altos edificios, su gente, sus tiendas con tesoros que no encuentras en otros sitios, LO ADORO TODO DE MADRID.

Tal vez sea, por ser de allí, por poder pisar el punto justo desde donde parten todas las carreteras de España o porque sí, simplemente. 

La verdad que ahora me siento un poco Rosalía de Castro en su obra ''Cantares Gallegos'' defendiendo mi tierra, pero es un sentimiento inevitable. 

En el fondo, lo que más me gusta de la gran ciudad de Madrid, es una cosa simple, que pasa en todas las grandes ciudades del mundo, pero para mí, exótica y por qué no decirlo, un tanto lejana de mi vida cotidiana... Eso que tanto admiro, no es más que la actitud de la gente que puedes encontrarte por Madrid, sé que habrá de todo, como en todos los lados,  pero esas prisas con las que la gente recorre Madrid, los peinados más estravagantes, las chaquetas más rockeras que puedas encontrar, las Martens de todos los estampados posibles, y millones de cosas más, solo lo he podido admirar en Madrid. Lo que más me gusta de todo eso, es que nadie mira a nadie por encima del hombro, para los ciudadanos de Madrid, todos son normales, con sus pelos azules, y sus zapatos de cebra, nadie juzga a nadie por la ropa que lleve, por si lleva gafas o si se a teñido o cortado el pelo, mientras que en un pueblo pequeño, por lo menos en el mío y alrededores, cualquier mínimo cambio provoca miradas, cuchicheos y un pequeño debate.

Me encanta ir a Madrid, perderme por sus calles entre la inmesa masa de gente que se te cruza, o perderme por las calles más solitarias, de esas preciosas que muchos desconocen... No puedo evitar una inmensa sensación de libertad e ilusión cada vez que voy a Madrid, ilusión y esperanza porque algún día mi sueño se haga realidad, y pueda vivir en esta preciosa ciudad.