¿Cuántas veces os habéis parado a pensar en el destino?, ¿Cuántas ilusiones os habéis imagino gracias a él?, ¿En cuántas alegrias, tristezas, en general, en cuántas miles de sensaciones os traerá?
Estoy segura de que muchas, o por lo menos alguna, al igual que yo, al igual que todos... A todos nos gusta imaginarnos nuestro futuro, tanto próximo como lejano. Nos gusta pensar que todos esos planes que tenemos en nuestra ''Wish List'', que todos deberíais de tener, por cierto, se van a cumplir, y que todos saldran bien... A mí, en especial, me encanta imaginar como pisaré tierra firme cuando baje del avión, en pleno Nueva York, me encanta verme en un despacho totalmente decorado por mí, junto a mi colega (que también pienso en quién sería), ayudando a la gente con sus problemas, en los juicios, dándolo todo y ganándolos... También me gusta pensar que después de un duro día de trabajo, llegaré a casa, y allí estará él, esperándome, con la casa en un ambiente insuperable y la más adecuada temperatura, con los brazos abiertos, la mirada más profunda, y la perfecta suavidad en su piel... En fín, despertemos. En general, por no decir siempre, pensamos en el destino y hacemos nuestros planes, pero todos esos planes y esos pensamientos, son de un carácter positivo, normalmente, perfecto, demasiado perfecto... A nadie le gusta imaginarse dentro de unos cuantos años, sin felicidad absoluta, sin todo aquello con lo que sueña... Y sí, es normal, pero a veces, no por ser realista, eres pesimista.
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